Dentro de este mundo fantástico de los juegos de mesa modernos, existen títulos que son legendarios incluso antes de ser publicados. Everdell es uno de estos juegos. En España, las primeras dos ediciones se quedaron agotados en días. Es un juego del 2018 pero sabiendo ya que las altas expectativas suelen dejar un impronta negativa sobre cualquier juego, hemos preferido dejar pasar el tiempo y probarlo ya pasado un tiempo de su lanzamiento.
Lo primero que nos pareció evidente es que el juego es precioso. Viene con una calidad de componentes de un nivel altísimo, unas cartas con un arte precioso e incluso un árbol en 3 dimensiones que no sirve para mucho, pero eleva la puesta en escena a niveles espectaculares.
En Everdell, cada jugador, representado por un tipo de animal va a construir su pequeña aldea que tendrá como mucho quince elementos, entre edificios y habitantes. Ambos vienen en forma de cartas que podremos robar de un mazo central, normalmente utilizando la mecánica de colocación de nuestros trabajadores. Cada edificio cuesta un número de recursos que en este juego vienen en forma de madera, piedra, resina y bayas. Una vez construido el edificio vacío, podrá ser ocupado por un animalito específico de forma gratuita. Y el juego sigue así, hasta que tengamos un máximo de 15 edificios y animalitos ocupando tu aldea.
Una vez pasado el impacto visual de Everdell y nos ponemos a jugar, nos lo hemos pasado genial haciendo crecer nuestra aldea con edificios curiosos y sus dueños animalitos. Pero cuidado, este no es un juego tan fácil como sugiere su arte gráfico. Las combinaciones (llamados «combos») que podrás crear con las cartas es fascinante, pudiendo alargar una estación (el juego propone cuatro rondas llamadas estaciones) bastantes turnos, mientras que tu cabeza echa humo intentando sacar el máximo provecho de los «combos» que propone tu mano con el resto de cartas que ya tienes delante.
Por otro lado, su faceta de colocación de trabajadores es muy sencilla. En un espacio, pones a tu ficha y recoges tres maderas, en otra recoges dos maderas y una carta, en otra coges una piedra y una baja….y así. Varias combinaciones que te propondrán un puzle muy entretenido intentando gestionar bien tus recursos según las cartas que querrás bajar.
La interacción entre jugadores es limitada, pero suficiente para mantener una tensión agradable durante toda la partida. Los otros jugadores te pueden bloquear zonas de colocación de tus trabajadores, dejándote sin los recursos que necesitas! También hay un pool de cartas visibles para todos, aparte del mazo central de cartas que están boca abajo. Muy probablemente, no serás el único ojeando disimuladamente esa carta de edificio, cruzando los dedos que nadie te la quita!
En fin…que le vamos a hacer. Nos encantan los juegos de mesa, y aunque realmente Everdell no propone nada nuevo, nos ha encantado, por su maravillosa producción, por la tensión agradable que existe desde el minuto uno y por ver como tu aldea va creciendo y casi puedes escuchar el murmureo de los habitantes, interactuando entre si para darte tus valiosos puntos de victoria.